SEGURIDAD DEL PRP EN PACIENTES CON INFECCIONES, CÁNCER O TRASTORNOS SANGUÍNEOS

Introducción: Comprendiendo el PRP y su Seguridad en Casos Especiales

El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es un tratamiento regenerativo que se utiliza cada vez más para ayudar en la curación de lesiones musculoesqueléticas, como problemas en las articulaciones o tendones. Consiste en utilizar las propias plaquetas del paciente para estimular la reparación de los tejidos. Aunque ha demostrado ser eficaz y bien tolerado en muchos casos, es natural preguntarse sobre su seguridad si se padecen otras condiciones médicas.

¿Qué sucede si tienes una infección, antecedentes de cáncer o algún trastorno sanguíneo? ¿Sigue siendo el PRP una opción segura y adecuada?

Para responder a estas importantes preguntas, un grupo internacional de investigación especializado en inyecciones de plaquetas (conocido como GRIIP) ha reunido a expertos de diversas áreas (especialistas en aparato locomotor, hematólogos, oncólogos, infectólogos y científicos) para desarrollar unas directrices claras.

A continuación, te presentamos un resumen de estas recomendaciones, diseñadas para guiar tanto a médicos como a pacientes en la toma de decisiones informadas sobre el uso del PRP en estas situaciones particulares.
 

¿Cómo se elaboraron estas Recomendaciones?

Para desarrollar estas directrices, un comité directivo primero revisó toda la literatura científica disponible. Luego, elaboraron unas recomendaciones iniciales que fueron evaluadas y discutidas por un panel internacional de 31 expertos. Tras un análisis detallado y una reunión conjunta, se consensuaron los principios generales y las recomendaciones específicas que leerás a continuación. Es importante destacar que, aunque todas las recomendaciones fueron consideradas apropiadas, la mayoría se basan en la opinión y experiencia de estos expertos debido a que la evidencia científica publicada hasta la fecha es aún limitada en estas situaciones concretas.
 

Principios Generales para el Uso de PRP (Consenso de Expertos GRIIP)

Antes de considerar cualquier tratamiento con PRP, especialmente si existen otras condiciones médicas, los expertos subrayan cuatro puntos fundamentales:

  1. Indicación por un Especialista: La necesidad de una inyección de PRP para tratar enfermedades articulares o tendinosas siempre debe ser establecida por un médico especialista en enfermedades musculoesqueléticas.
     
  2. Evaluación Beneficio-Riesgo: Antes de cada inyección de PRP, se debe realizar una cuidadosa evaluación del balance entre los posibles beneficios y riesgos, considerando siempre otras alternativas terapéuticas disponibles.
     
  3. PRP como Opción Secundaria en Comorbilidades: Si existen otras enfermedades (comorbilidades) que puedan afectar la función de las plaquetas o que teóricamente podrían ser transmitidas o empeoradas por el PRP, este tratamiento solo debe considerarse si no hay otras alternativas eficaces o si estas han fracasado.
     
  4. Información Clara y Consentimiento: Los pacientes deben recibir información completa, clara y personalizada sobre los riesgos y beneficios específicos del PRP en su situación. Siempre se debe obtener y registrar el consentimiento informado antes del procedimiento.
     

Recomendaciones Detalladas del Consenso GRIIP

A continuación, se detallan las recomendaciones específicas para pacientes con enfermedades infecciosas, oncológicas o hematológicas.

A. PRP en Pacientes con Enfermedades Infecciosas:

  • VIH: Se puede realizar la inyección de PRP en pacientes con infección por VIH si la carga viral es indetectable y el recuento de células CD4 es superior a 350/mm³.
  • Hepatitis B (VHB): Se puede realizar la inyección de PRP en pacientes con infección por VHB si la carga viral es indetectable.
  • Hepatitis C (VHC): La inyección de PRP debe realizarse únicamente después de haber completado el tratamiento antiviral para el VHC.
  • Síndrome Viral Agudo: En caso de un síndrome viral agudo (como una gripe), se puede realizar la inyección de PRP si no hay síntomas generales graves, ni signos de infección bacteriana secundaria, y el paciente está mejorando.
  • Infección Bacteriana Reciente (tratamiento < 3 meses): Si hubo una infección bacteriana que requirió antibióticos durante menos de 3 meses, la inyección de PRP solo debe realizarse tras finalizar completamente el tratamiento antibiótico.
  • Infección Bacteriana Crónica (tratamiento > 3 meses): En caso de una infección bacteriana controlada que requiere antibióticos durante más de 3 meses, la inyección de PRP solo debe considerarse con el acuerdo explícito del médico infectólogo.
  • Insuficiencia Renal Crónica con Diálisis: Se puede considerar la inyección de PRP, pero se debe controlar la posible presencia de bacterias en sangre (bacteriemia) y evitar realizarla el mismo día de la diálisis.
  • Tratamiento Inmunosupresor Prolongado: En pacientes con un tratamiento inmunosupresor prolongado y estable, se puede realizar la inyección de PRP, prestando especial atención a la posible presencia de infecciones simultáneas.
  • Infección Dental o Procedimientos Orales Invasivos: No se debe realizar la inyección de PRP hasta que cualquier infección dental o herida por procedimiento oral invasivo haya completado su tratamiento y esté completamente curada.
  • Pacientes Asintomáticos sin Infección Conocida: En pacientes que no presentan síntomas y no tienen una patología infecciosa conocida, no se consideran necesarias pruebas adicionales antes del PRP desde el punto de vista infeccioso.

B. PRP en Pacientes con Enfermedades Oncológicas (Cáncer):

  • Proximidad a Tumores: No se debe inyectar PRP cerca de tumores benignos o malignos conocidos, ni cerca de áreas con metaplasia (cambios celulares anormales).
  • Cáncer Sólido Activo o en Diagnóstico: No se debe realizar la inyección de PRP en pacientes con cánceres sólidos que están en proceso de diagnóstico o que están activos, salvo excepciones muy concretas que deben ser discutidas y acordadas con el oncólogo.
  • Cáncer Sólido No Metastásico en Remisión: En pacientes con un cáncer sólido que no se ha extendido (no metastásico) y que se encuentra en remisión completa después del tratamiento, se puede realizar la inyección de PRP.
  • Cáncer Sólido Metastásico: Si existe un cáncer sólido con metástasis (extendido a otros órganos), ya sea en tratamiento o en remisión, la inyección de PRP solo debe considerarse con el acuerdo explícito del oncólogo.
  • Antecedentes de Cáncer Sólido Curado: Si un paciente tuvo un cáncer sólido en el pasado y su oncólogo lo considera curado, se puede realizar la inyección de PRP.

C. PRP en Pacientes con Enfermedades Hematológicas (Trastornos Sanguíneos):

  • Anomalías en el Hemograma: Cualquier anomalía significativa detectada en un análisis de sangre (hemograma) debe ser investigada antes de proceder con una inyección de PRP.
  • Trombocitopenia (Plaquetas Bajas): Si el recuento de plaquetas es superior a 50.000/mm³, la causa de esta trombocitopenia ha sido investigada y se ha descartado una neoplasia hematológica (cáncer de la sangre), tener las plaquetas bajas no es una contraindicación para el PRP.
  • Neoplasia Hematológica Activa o No Estabilizada: No se debe realizar la inyección de PRP si existe una neoplasia hematológica en proceso de diagnóstico o que no está estabilizada, salvo excepciones muy concretas que deben ser discutidas y acordadas con el hematólogo.
  • Neoplasia Hematológica en Remisión: En pacientes con una neoplasia hematológica que está en remisión tras el tratamiento (esto incluye la inmunosupresión después de un trasplante), se puede realizar la inyección de PRP si no hay anomalías significativas en las plaquetas.
  • Hemopatía Linfoide Crónica Estabilizada: En casos de enfermedad linfoide crónica de la sangre (como leucemia linfocítica crónica) que esté estabilizada, con o sin tratamiento, se puede realizar la inyección de PRP si no hay anomalías significativas en las plaquetas.
  • Hemopatía Mieloide Crónica Estabilizada: Si existe una enfermedad mieloide crónica de la sangre que esté estabilizada, con o sin tratamiento, la inyección de PRP solo debe considerarse con el acuerdo explícito del hematólogo.
  • Gammapatía Monoclonal de Significado Incierto (GMSI): Se puede realizar la inyección de PRP en pacientes con GMSI.
  • Neoplasia Hematológica Curada: Si un paciente tuvo una neoplasia hematológica en el pasado y su hematólogo la considera curada, se puede realizar la inyección de PRP.
     

Conclusión: Decisiones Informadas y Priorizando la Seguridad

Este consenso del Grupo Internacional de Investigación sobre Inyecciones de Plaquetas (GRIIP) ofrece las primeras recomendaciones específicas y detalladas para el uso de inyecciones de PRP en pacientes con enfermedades musculoesqueléticas que también presentan comorbilidades infecciosas, oncológicas o hematológicas.

Es fundamental recordar que, dada la limitada evidencia científica actualmente disponible para estas situaciones complejas, estas recomendaciones se basan principalmente en la opinión y experiencia de expertos. Su objetivo es servir como una guía valiosa para la práctica clínica. No obstante, los propios expertos reconocen la necesidad de futuros estudios para validar y reforzar estas directrices.

Lo más importante es la evaluación individualizada de cada paciente. Ante cualquier duda, la prudencia y la precaución deben prevalecer, pudiendo optarse por evitar la inyección de PRP si los riesgos potenciales superan los beneficios esperados en un caso particular.

Si tienes alguna de estas condiciones y estás considerando el tratamiento con PRP, es crucial que lo discutas en detalle con tu médico especialista en traumatología o con nuestro equipo. Solo un profesional podrá valorar tu caso de forma personalizada, explicarte los riesgos y beneficios potenciales, y ayudarte a tomar la mejor decisión para tu salud.

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