Artrosis de rodilla

Artrosis de rodilla

  • 19/12/2022

La artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa que afecta a la articulación de la rodilla. Se caracteriza por el desgaste del cartílago que recubre las superficies articulares, provoca dolor, inflamación y dificultad para mover la rodilla. Con el tiempo, la articulación puede deteriorarse aún más, lo que puede llevar a la deformidad y a la incapacidad. Es más común en personas mayores, pero también puede afectar a personas jóvenes debido a lesiones previas.
 

Causas de la artrosis de rodilla

La causa de la artrosis de rodilla es multifactorial y aún no está completamente reconocida. Sin embargo, se ha identificado varios factores que contribuyen a su desarrollo, estos incluyen:

  • Edad: el envejecimiento aumenta el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla debido al desgaste natural del cartílago.
  • Lesiones: las lesiones en la rodilla, como las fracturas o los esguinces, pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis en el futuro.
  • Sobrepeso u obesidad: el exceso de peso puede aumentar la presión en las articulaciones de la rodilla, lo que puede acelerar el desgaste del cartílago.
  • Genética: algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar artrosis de rodilla debido a la estructura ósea o la biología del cartílago.
  • Actividad física: las actividades que requieren mucho impacto en las rodillas, como el fútbol o el baloncesto, pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla.
  • Mala alineación de las extremidades inferiores: las extremidades en X (genu valgo) o en () (genu varo) pueden sobrecargar parte de la rodilla y ser causa de artrosis
  • Desequilibrios musculares: los músculos de la pierna y de la cadera son importantes para estabilizar la rodilla y cuando están débiles o desequilibrados pueden contribuir a la aparición de artrosis de rodilla.
  • Otros factores: algunas enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o enfermedades metabólicas como la diabetes también pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla.
     

Diagnóstico de la artrosis de rodilla

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas de imagen. Los siguientes son algunos de los pasos que se pueden seguir para diagnosticar la enfermedad:

  • Historia clínica: El médico puede hacer preguntas sobre los síntomas, como el dolor, la inflamación y la dificultad para mover la rodilla. También puede preguntar sobre factores de riesgo, como la edad, las lesiones anteriores y el peso.
     
  • Examen físico: El médico puede revisar la rodilla, buscando signos de inflamación, deformidad o dolor a la palpación. También puede evaluar la movilidad de la rodilla y la capacidad de caminar o subir escaleras.
     
  • Pruebas de imagen: Las radiografías son la prueba de imagen más comúnmente utilizadas para diagnosticar la artrosis de rodilla. Pueden mostrar signos de desgaste del cartílago y de la articulación, como la estrechez del espacio articular. El resonancia magnética (MRI) es otra herramienta de diagnóstico que se utiliza para evaluar el estado del cartílago y la inflamación de la rodilla.
     
  • Otras pruebas: En algunos casos, el médico puede pedir pruebas adicionales para descartar otras afecciones que pueden causar síntomas similares, como la artritis reumatoide o una lesión meniscal.

Es importante tener en cuenta que el diagnóstico de artrosis de rodilla debe ser realizado por un especialista en ortopedia y traumatología. Los síntomas pueden ser similares a otras afecciones y es importante realizar un diagnóstico preciso para poder establecer un tratamiento adecuado.

 

Tratamiento de la artrosis de rodilla

El tratamiento de la artrosis de rodilla se enfoca en aliviar el dolor y mejorar la movilidad de la articulación. El tratamiento puede incluir una combinación de medidas no invasivas y cirugía. Algunas de las opciones de tratamiento más comunes incluyen:

  1. Medicamentos: Los analgésicos, como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pueden ayudar a aliviar el dolor. El uso de analgésicos y antiinflamatorios se deben evaluar con el médico y seguir sus instrucciones.
     
  2. Infiltraciones ecoguiadas:  las infiltraciones guiadas por ecografía de diferentes fármacos (corticoides, ácido hialurónico o factores de crecimiento plaquetarios entre otros) pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
     
  3. Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y mejorar la movilidad de la articulación. El fisioterapeuta puede enseñar ejercicios específicos para fortalecer la rodilla y mejorar la estabilidad.
     
  4. Aparatos ortopédicos: Los dispositivos ortopédicos, como las rodilleras o las plantillas de soporte, pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la estabilidad de la rodilla.
     
  5. Cirugía: En casos graves de artrosis de rodilla, la cirugía puede ser necesaria para reparar o reemplazar la articulación dañada. La cirugía puede incluir una artroscopia, una osteotomía o un reemplazo total de la rodilla. El cirujano ortopédico es quien debe evaluar si es necesaria y cuál es la cirugía más adecuada.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento de la artrosis de rodilla debe ser personalizado para cada paciente y se deben considerar los factores individuales, como la gravedad de la enfermedad, los síntomas y las metas de tratamiento.
 

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