Fibromialgia

  • 26/11/2019

La fibromialgia está considerada, a día de hoy, como uno de los grandes problemas de salud pública en nuestro país. Su alta prevalencia en la población, el insuficiente conocimiento de las causas y la ausencia de tratamiento curativo, le confieren este status.
Se caracteriza por dolor osteomuscular crónico generalizado asociado a síntomas tan diversos como:

  • Fatiga intensa.
  • Alteraciones del sueño.
  • Depresión, ansiedad.
  • Parestesias en extremidades, tumefacción en manos, rigidez articular o cefaleas.

Con frecuencia presentan hipersensibilidad al dolor en múltiples localizaciones del aparato locomotor. Su prevalencia en la población general adulta se estima en el 2,4%, siendo más frecuente en mujeres  que en hombres (relación 21:1) y de forma máxima en un rango de edad entre 40 y 49 años.

Su causa es desconocida, se ha estipulado con diferentes mecanismos patogénicos , pero ninguno de ellos se ha podido demostrar: alteraciones eje hipotalamohipofisarioadrenal, disfunción sistema nervioso autónomo, proceso autoinmunitario, etc.
 

El dolor y la fatiga son los síntomas primordiales

El dolor aparece en múltiples puntos: cervical, occipital, hombros, caderas, tobillos muñecas, manos y pies. Los pacientes definen el dolor como continuo, intenso e insoportable de predominio matinal con mejoría durante el resto del día hasta la tarde-noche que vuelve a empeorar.
Las posiciones mantenidas, sobrecargas físicas, cambios climáticos o emocionales son factores que pueden empeorar el dolor.
Respecto a la fatiga, está presente en el 70% de los pacientes con fibromialgia. Puede aparecer en forma de agotamiento de 24  a 48h de duración, o más comúnmente de forma continuada.

El tercer síntoma más frecuente son las alteraciones del sueño, a menudo del conciliador  y el mantenimiento del mismo, con despertares frecuentes y sin llegar a ser reparador. Suele preceder al dolor.

Otros síntomas frecuentes:

  • Sensoriales: parestesias en manos y pies, hipersensibilidad auditiva.
  • Motores: rigidez, contracturas, temblor, afectación miofascial.
  • Vegetativos: hipersudoración, vértigos, palpitaciones, sequedad de mucosas.
  • Cognitivos: déficits de atención, alteraciones memoria.
  • Afectivos: ansiedad o alteración del estado de ánimo.
     

Diagnóstico de la fibromialgia

Su diagnóstico es fundamentalmente clínico.  La ACR (American College of Rheumatology) estableció unos criterios diagnósticos para la clasificación de la fibromialgia:

  • Historia de dolor generalizado de más de tres meses de duración.
  • Dolor continuo, a ambos lados del cuerpo, por encima y debajo de la cintura,
  • Dolor cervical, dorsal o lumbar o tórax anterior.
  • Debe producirse dolor en al menos 11 de los 18 puntos simétricos siguientes: occipital, cervical bajo, trapecio, supraespinoso, segundo espacio intercostal en la unión costocondral, epicóndilo, glúteo, trocánter mayor y rodilla.

El diagnóstico diferencial ha de establecerse con otras enfermedades neuromusculares, autoinmunitarias, endocrinas o malignas.
La fibromialgia está considerada una enfermedad crónica, con evolución dependiente del grado de afectación del paciente, y con un gran impacto en diferentes ámbitos de la vida de los pacientes afectos: calidad de vida, laboral, familiar, etc.


Tratamiento de la fibromialgia

El conocimiento de la enfermedad por parte del paciente, el tratamiento farmacológico, realización diaria de ejercicio físico y, en caso necesario, el tratamiento psicológico son los pilares primordiales del tratamiento de los pacientes con fibromialgia.

a) Tratamiento farmacológico: 
El uso de fármacos en la fibromialgia está dirigido a la mejoría de los síntomas , no a la curación de la enfermedad. No existe en la actualidad ningún tratamiento aprobado para la fibromialgia aprobado por la FDA. Los más empleados son los siguientes:

  • Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos: No existe evidencia de la eficacia del uso de estos fármacos para el tratamiento de la fibromialgia, excepto el tramadol que presenta evidencia débil.
  • Relajantes musculares: la ciclobenzaprina a dosis bajas se ha mostrado útil para la mejoría del dolor y calidad del sueño.
  • Antidepresivos tricíclicos: amitriptilina y nortriptilina no muestran diferencias entre sí, pero ambos son útiles a corto plazo (30% de mejoría clínica) para mejorar el dolor y calidad de sueño(mejoría moderada) y la sensación de fatiga(mejoría leve).
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: tal como la fluoxetina, mejoran síntomas depresivos pero son poco útiles para el dolor si éste no va acompañada de sintomatología depresiva.

b) Tratamiento psicológico
El principal objetivo del tratamiento psicológico en el tratamiento de la fibromialgia será el de controlar sintomatología emocional( depresión y ansiedad), cognitiva, conductual y social que empeora los síntomas basales de los pacientes con fibromialgia.
El tratamiento que ha demostrado mayor beneficio en el control de dolor crónico, dolor inflamatorio y en la fibromialgia es el cognitivo-conductual, el cual produce mejoras en los síntomas principales (dolor, fatiga y estado anímico). Las técnicas de relajación y de biofeedback también se ha mostrado útiles.

c) Ejercicio físico
Múltiples estudios avalan el hecho de que cualquier actividad física, o aumento de la misma, produce efectos importantes en el alivio del dolor en pacientes afectos de fibromialgia, y, especialmente, en aquellos que presentan altos niveles de dolor e incapacidad .

¿Qué recomendaciones podemos extraer de la literatura médica para mitigar los síntomas de la fibromialgia mediante el ejercicio físico?.

  • Dolor: la actividad física practicada de forma regular , con incremento progresivo de cargas, en sesiones de 45 a 60 min de duración, dos o tres veces por semana: entrenamiento de fuerza, ejercicio aeróbico, acuáticos, danza o taichí.
  • Calidad del sueño: se recomienda combinar ejercicio aeróbico o de fuerza con relajación en sesiones de 60 min , dos días por semana, por ejemplo el taichí.
  • Depresión, ansiedad y bajo estado de ánimo: ejercicios aeróbicos y de flexibilidad de forma regular en sesiones de 45 a 60 min.
  • Calidad de vida: entrenamiento aeróbico y actividades que comporten movilización dinámica de todo el cuerpo en sesiones de 60 min, tres veces por semana actividades de baile o taichí.

Suplementos

En los últimos años han proliferado el número de artículos científicos que versan sobre el empleo de suplementos para contrarrestar los síntomas de la fibromialgia, como  es el caso de la vitamina D (a dosis que mantengan el nivel de vitamina D por encima de 50 ng/ml)  o el coenzima Q10 (ingesta recomendada de 300 mg / día) , que  parecen actuar en el metabolismo energético del organismo y producir un efecto antioxidante.

Parece que el empleo de dichos suplementos puede mejorar el dolor y mejorar la calidad de vida. Algún estudio relaciona los bajos niveles de Manganeso y Zinc con mayor severidad de la ansiedad y depresión en los pacientes afectos de fibromialgia, por lo que se recomienda controlar dichos niveles.

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