Lesiones de tobillo en futbolistas I. Esguince de tobillo
- 17/03/2023
Durante las tres últimas décadas las lesiones musculoesqueléticas en el futbol han ido en aumento debido al incremento de participantes en la práctica de este deporte, y con ellas las lesiones de la articulación del tobillo. La razón del porqué se producen estas lesiones obedece a varios factores, entre los cuales están las constantes aceleraciones y desaceleraciones, cambios de dirección y las contusiones repetidas por entradas de jugadores contrarios.
Diversos estudios de traumatología deportiva han correlacionado estas lesiones del tobillo con un aumento de riesgo de desarrollar cambios artrósicos en los tobillos de los exjugadores de futbol (hasta el 6%). Por este motivo es crucial determinar las causas y los mecanismos de producción de dichas lesiones.
Determinados estudios clasifican los factores de riesgo de sufrir lesiones en el tobillo en:
1 - Intrínsecos o propios del deportista:
- Lesiones previas (más importante)
- Características anatómicas del futbolista (tipo de pie cavo, laxitud articular o desalineación anatómica)
- Déficits funcionales isocinéticos, por ejemplo, la debilidad o pérdida de fuerza de abductores de cadera, inestabilidad del tobillo o fuerza reducida de las extremidades inferiores
- Reducción de la dorsiflexión del tobillo
- Alteraciones de la propiocepción, entendida como la propia conciencia de la posición espacial de la articulación
- Edad del deportista
- Índice de masa corporal aumentado
2 - Extrínsecos o relacionado con el entorno:
- Contacto directo oponente (el más importante, 20-30% de todas las lesiones)
- Condiciones ambientales
- Equipo inadecuado
- Césped artificial
- Entrenamiento insuficiente
- Calentamiento inadecuado
- Tipo de actividad deportiva
Los mecanismos de producción más frecuentes de las lesiones de tobillo son:
- Lesiones por contacto con otro jugador.
- lesiones sin contacto directo.
- lesiones por entradas con deslizamiento.
- lesiones por contacto con aparatos (poste o balón).
Las dos primeras aglutinan la mayoría de los casos (89%).
La incidencia de lesiones de pie y tobillo en el fútbol de élite se sitúa entre 3 y 9 lesiones por cada 1000 horas de juego. Son más frecuentes en la extremidad inferior dominante y es la competición el momento más lesivo, respecto a los entrenamientos.
No existen en la literatura estudios que encuentren diferencias significativas entre la tasa de incidencia de las lesiones de tobillo entre futbolistas masculinos y femeninas.
Las lesiones más frecuentes en el futbol son las lesiones musculares, sobre todo de isquiotibiales, cuádriceps, cadera y gemelo. Estas últimas acontecen clásicamente al final del primer tiempo del partido. Según algunos estudios epidemiológicos de traumatología deportiva, la lesión más frecuente a nivel de la articulación del tobillo es el esguince de tobillo.
El lugar de asiento de estos esguinces de tobillo son sobre los complejos ligamentosos externo (la lesión más frecuente es del ligamento peroneoastragalino anterior, 67% de los casos) , interno (por afectación del ligamento lateral interno o deltoideo , 9% de los casos), sindesmosis tibioperonea ( también denominado esguince alto, 12% de los casos) y lesiones miotendinosas, un 11% aproximadamente. Las fracturas son poco frecuentes y están presentes en el 1 % de todas las lesiones de tobillo en el fútbol.
Respecto a las lesiones miotendinosas, la lesión del tendón de Aquiles representa el 2,5% de todas las lesiones y el 3,8 % de los tiempos de baja en el fútbol profesional masculino. Los jugadores mayores son más propensos a esta lesión, y suele existir una progresión lesional desde la tendinopatía a la rotura aguda parcial o total. La pretemporada es el momento de mayor incidencia de lesión del tendón de Aquiles.
Los jugadores con esguince de tobillo previos tienen 5 veces más posibilidad de sufrir un nuevo esguince de tobillo que los jugadores sin esguinces de tobillo anteriores.
El principal objetivo en el tratamiento del esguince de tobillo será evitar que este tobillo sea inestable. Los diferentes estudios de traumatología deportiva consultados nos indican que exclusivamente el 20% de los esguinces de tobillo provocan inestabilidad crónica de la articulación. Por lo tanto, el 80% se recuperarán sin secuelas con tratamiento conservador.
El tratamiento inicial de un esguince agudo precisará reposo, elevación, compresión y aplicación de hielo. Se recomienda control del dolor, pero no con medicación antiinflamatoria tipo aines, dado que pueden interferir en las fases fisiológicas iniciales de recuperación. Las inmovilizaciones con férulas o yesos, si se emplean, no deben superar los primeros días, recomendándose tratamiento funcional y ejercicios posteriormente.
No es posible anticipar tiempos de recuperación por la gran diversidad de lesiones existentes, así pues, el tiempo requerido para volver a la actividad o al juego depende de la gravedad del esguince y de la presencia de posibles lesiones asociadas.