
Preguntas frecuentes sobre la artrosis cervical
- 11/06/2025
¿Qué es la artrosis cervical o espondilosis cervical?
La cervicoartrosis, también definida como espondilosis cervical, se refiere al conjunto de cambios degenerativos relacionados con la edad que acontecen en la columna cervical. Es una condición muy común; de hecho, el 85% de los mayores de 65 años presenta algún grado de degeneración discal, incluso en pacientes asintomáticos.
¿Cómo identifico los síntomas de la artrosis cervical?
La expresión clínica de la cervicoartrosis puede clasificarse principalmente en síndromes como la cervicalgia y la radiculopatía. La cervicalgia es un dolor que puede originarse en diversas estructuras cervicales, incluyendo las articulaciones facetarias (o interapofisarias), las cuales también son susceptibles a cambios degenerativos. Los síndromes clínicos se manifiestan como:
- Dolor cervical exclusivamente .Es un dolor localizado en la región cervical que puede irradiarse al hombro o a la zona periescapular, en una distribución no dermatómica. (zona que no pertenece a ningún nervio en concreto)
- Cervicobraquialgia (dolor cervical + dolor irradiado al brazo: Se caracteriza por dolor, alteraciones sensitivas o déficits neurológicos correspondientes a un dermatoma (dolor secundario a la irritación o compresión de una raíz cervical concreta) , acompañándose o no de dolor cervical.
¿Qué provoca el dolor cervical por artrosis?
La cervicalgia generalmente se debe a factores musculares y ligamentosos, tales como posturas inadecuadas o insuficiencia de la musculatura local. Los traumatismos previos y los cambios degenerativos en el disco y, de forma destacada, en las articulaciones facetarias cervicales (también conocidas como articulaciones interapofisarias), pueden ser el origen de los síntomas, debido a la existencia de fibras nerviosas nociceptivas en dichas estructuras.
¿Cómo la cervicoartrosis pinza el nervio cervical?
La radiculopatía cervical se produce por la pérdida de altura y la protusión discal, la hipertrofia del ligamento amarillo y las articulaciones interapofisarias, y la formación de osteofitos. Todos estos factores producen una estenosis del canal (canal por donde transcurre la médula espinal) y foraminal (agujeros por donde salen las raíces nerviosas cervicales), así como una afectación de la vascularización de la raíz nerviosa. Solo la inflamación o irritación de la raíz nerviosa durante la compresión pueden producir dolor, que es mantenido por la liberación de mediadores químicos.
Diagnóstico de la artrosis cervical: ¿qué pruebas se realizan?
La identificación exacta del dolor, junto con una buena anamnesis (historia clínica) y exploración clínica, es fundamental para determinar la patología subyacente. El dolor puede evaluarse de manera subjetiva mediante la escala EVA (Evaluación Visual Analógica), o bien mediante escalas que miden el nivel de discapacidad originado por el dolor cervical, como el Índice de Discapacidad Cervical.
¿Cómo detecta el médico los síntomas de cervicalgia?
Si el dolor se localiza a nivel cervical y se acompaña o no de rigidez, sugiere cambios degenerativos cervicales. La debilidad muscular de la región posterior de la zona cervical sugiere un esguince o distensión muscular o una lesión de tejidos blandos. Si el dolor se agrava con la extensión y especialmente con la rotación de la cabeza hacia un lado, sugiere un dolor de origen discal. En muchos casos, se acompaña también de cefalea (2.5% de la población general).
¿Cómo se diagnostica el síndrome facetario cervical clínicamente?
El síndrome facetario cervical se sospecha cuando el dolor se localiza principalmente en la región cervical o interescapular, y puede irradiarse hacia la cabeza, hombros o brazo sin seguir un patrón dermatómico (a diferencia de la radiculopatía). Típicamente, el dolor empeora con los movimientos de extensión y rotación ipsilateral de la columna cervical, y puede mejorar con la flexión. La palpación de las articulaciones facetarias afectadas a menudo provoca dolor. La identificación precisa puede realizarse mediante el bloqueo diagnóstico de las ramas mediales de los nervios que inervan la faceta.
Pruebas de imagen para diagnosticar la artrosis en la zona cervical
¿Qué se observa en una radiografía cervical?
La valoración radiográfica estándar de la columna cervical incluye proyecciones anteroposterior, lateral y oblicuas. Se deben realizar en bipedestación siempre que sea posible. Los cambios degenerativos tales como el pinzamiento del espacio discal intervertebral, la artrosis de las articulaciones uncovertebrales y de las carillas, la presencia de osteofitos y la esclerosis subcondral bajo los platillos vertebrales son hallazgos muy comunes en la población adulta asintomática que no resultan diagnósticos.
¿Cuándo es necesaria una TAC cervical?
La tomografía computarizada (TC) cervical permite la visualización de los cuerpos vertebrales y del arco posterior en el plano horizontal (axial), valora el tamaño y la configuración del contenido raquídeo, evalúa las partes blandas paravertebrales y permite la reconstrucción multiplanar, particularmente útil en los traumatismos de columna. Su principal limitación es la visualización inadecuada del contenido del conducto raquídeo.
¿Por qué la Resonancia Magnética cervical es la mejor prueba?
La Resonancia Magnética (RM) cervical es la prueba gold-standard para la evaluación de partes blandas en la columna cervical (elementos nerviosos, disco, cápsula articular y ligamentos). Es una técnica no invasiva y no ionizante, pero presenta desventajas como la imposibilidad de distinguir totalmente entre partes blandas y osteofitos óseos, ni demostrar la presencia de fracturas del elemento posterior, así como su susceptibilidad al movimiento y a los artefactos metálicos.
¿Quién necesita una electromiografía para la zona cervical?
Los estudios electromiográficos permiten hacer un diagnóstico diferencial entre radiculopatía, síndromes de compresión o neuropatía periféricas. Los potenciales evocados somatosensoriales y motores y la electromiografía son las más empleadas.
Tratamiento conservador para la artrosis en la zona cervical: ¿qué opciones tengo?
Los principales objetivos son aliviar el dolor, conseguir la máxima funcionalidad y prevenir las recidivas.
El tratamiento conservador es el tratamiento inicial de elección en casos de cervicalgia y radiculopatía. Las tasas de éxito del tratamiento no quirúrgico de la cervicalgia y la radiculopatía cervical se sitúan entre el 70% y el 80% de respuesta favorable. Se basa en reposo, inmovilización con collarín blando, tratamiento médico (antiinflamatorios no esteroideos, corticoides, relajantes musculares y antidepresivos) y tratamiento rehabilitador con fisioterapia durante 4-6 semanas.
Las tracciones cervicales, así como la infiltración epidural translaminar o transforaminal de corticoides, solo han demostrado ser beneficiosas en los casos de radiculopatía. Para el síndrome facetario cervical, además de las medidas generales, la fisioterapia se enfoca en la movilidad y el fortalecimiento específicos. Las infiltraciones ecoguiadas intraarticulares facetarias con corticoides y anestésicos locales también son una opción de tratamiento conservador, especialmente cuando el dolor es persistente y localizado en estas articulaciones, proporcionando alivio y sirviendo a menudo como prueba diagnóstica y terapéutica.